En la República Neosoviética Sureuropea de la que soy tirano
y máximo (y único) mandatario, (vestimenta oficial: albornoz pijo a rayas, gayumbo
largo a cuadros y barba de Ortega Lara con gafapasta), Spike Jonze será persona non grata. O estará a pico y
pala en un Gulag de algún pueblo de Alicante, aún no lo he decidido.
Porque el muy pijo ha dirigido una película, Her, dedicada a todos los pijos
aburridos que no tienen otra cosa que hacer que, en lugar de machacársela
después del curro, antes de dormir, liarse con entes inmateriales.
¡Un insulto, querido Spike Jonze, a la dignidad de la
materia! Y no me vengas con que el personaje de Joaquin Phoenix “no sabe
manejar sus emociones”; o que el pobre no ha superado una ruptura amorosa
porque vive en un mundo de Yupi, ahí, en la diáfana plataforma interminable
donde, como él, trabajan los demás redactores de cartas de amor (¡joder, qué
cosa tan cursi!) en sus pulcras mesas individuales encargadas al ikea para
oficinas más próximo.
¿No era suficiente con secar a la materia de la
reverberación del color, querido Jonze, que tenías que satanizar al cuerpo,
que en tu peli huele a choto, a prisión del alma, que echa pa atrás? Y lo peor
es que seguro que guiñas un ojo mientras piensas “conque esto somos los humanos…”
mientras, yo qué sé, te fumas una papela de heroína rosa sobre unos pétalos de
alhelí, un pepino lubricado por el sobaco, yo qué sé (esa idea mola, por cierto,
la del ano en el sobaco. Pueril y guarrilla, ahí me conquistas).
Sodomía sobaquera |
Eres un perro insensato si crees que yo, o alguien de los míos,
tragará tu mensaje disfrazado de ciencia ficción, desde un punto de partida
que, es cierto, no deja de ser sugerente, pero ya está trillado el recorrido
evolutivo de una IA capaz de procesar experiencias, de sus contradicciones,
blanditas y faltas de enjundia, por cierto, aunque haya quien se vea reflejado
en la dialéctica de la evolución de ese personaje, una IA que pasa por la crisis de la monogamia, una
chiquilla que se da cuenta de que se
aburre con el hombre al que tanto ama, porque el amor no termina en una
persona, que se expande, ahí, ni que fuera aquello la Era de Acuario, Spike
Jonze, cabrón, mercachifle de dulces de algodón reveníos, que ni ahí te has
esforzado; tu mensaje, digo, que por mucho que disfraces de ciencia ficción no
es más que una fábula de nubes y cemento de cartón piedra, sin pobres, sin
miseria, sin más dolor que la pregunta, ¡pija!, de “¿es capaz de manejar sus
emociones?”, uy, Jonze, enhorabuena: acabas de dirigir un cuento de Paulo
Coelho con toda su profundez para pijos aburridos. ¡Bravo!
El universo... ¿conspira o transpira? |
Porque aunque envuelvas tu cuento de limpia y aséptica
ciencia ficción huele lo de dentro a lo que es: metafísica reaccionaria, muy
adecuada, imagino, para espectadores con la inteligencia emocional inusualmente
desarrollada. Ah, y si es un acto de afectación poética, te remito a la nueva
vanguardia de la poesía, @Canodrama, y a sus lecciones de forma y contenido: “La
poesía es un ataúd lleno de mierda, y un niño gigante de tres meses vociferando desde lo alto
de una colina”.
Porque, como todo el mundo sabe, el principal problema y
fuente de frustración de los ciudadanos blancos occidentales burgueses
heterosexuales es su incapacidad para manejar sus sentimientos. La sociedad se
resquebraja por ahí. Mírame a mí, que de inteligencia emocional cero y me
desbordan emociones contradictorias día tras día, tras mis pasos queda un
reguero de cadáveres sentimentales, ya me huele la retaguardia a ojete
descuidado. ¿Qué hago, Spike Coelho Jonze?
A ver: no voy a detenerme más que en los detalles más
rematadamente insultantes –lo que significa que esto se trata, por si alguien
no se había dado cuenta todavía, de un despellejo arbitrario y sin ánimo edificante
alguno. Es un jodido ojo por ojo contra el Jonze este. Una venganza por su
afrenta a la materia. ¡Como si la conciencia fuera a estar más a gusto sin materia,
jódete ahí! La materia, el error, eso somos, Spike Jonze, y alegre será nuestro
epitafio:
“He amplificado este delirio a la potencia del error; susurro
vociferando verdad”.
Esos tres detalles que no pueden pasarse por alto.
Me gustó mucho, no me escuece admitirlo, cuando follan el
Joaquin Phoenix y la SO, Samantha OhMyGod, porque me pareció un momento de
inspiración auténtica, Spike Jonze, y honesta, porque fundiste a negro: ¡muy
bien, fundir a negro, es la mejor decisión que has tomado en toda la peli,
cabrón, si no sabías cómo expresarlo, qué mejor que los jadeos de la Johansson
mientras los espectadores vemos nuestras caras de pánfilos reflejadas en la pantalla! (Porque no esperabas que mucha gente fuera a los cines, ¿no? Que la
cosa está muy mala; aunque, a la vista de tu ingenuidad y alelamiento…) Bien,
Jonze; bien.
(Jadeos) |
A todo esto, está bien que empiece a teñirse de Black Mirror
el horizonte. Y tal vez era de esperar este reblandecimiento y apropiación
mindundi de sus postulados. Pero no por eso jode menos, cuidado. Que con esta
visión te cargas la idea, Jonze, y el mensaje, que venía bien cargado,
saludable, estimulante, aterrador. Qué muñecas más blanditas, qué poco ímpetu.
Eres un mierda, tío.
Joder: “os voy a contar la historia de un escritor de cartas
de amor que se enamora de su amiga imaginaria y se pajea con ella”. Joder. Que padece
de incapacidad para manejar sus emociones. Mmm, claro, ¿sabes?, mi exnovia dice
que se acordó de mí, Spike Jonze, no está eso bien. ¿En qué lugar quedo yo,
hombre? ¡Solidaridad entre tullidos!
Ciclópea soledad la del nuevo hombre |
A por el segundo detallito
Antes, me gustó aquel símbolo de la rapaz que vuela, desde el plasma gigante, con las garras afiladas contra la espalda del contrariado
Phoenix, sentado en un bordillo de la noche onthego, siempre es onthego, transeúntes
hablan con sus OS onthego, de LA, después del trío de pantomima aquel. Me gustó
ese símbolo, sí señor.
Serás capaz, rapaz, tengamos la fiesta en paz |
El segundo detallito llega en el momento en que Samantha confiesa
a un abatido en los escalones del metro Phoenix que no es que no lo quiera, sino
que está descubriendo un mundo nuevo, con esto de la multiconciencia; Phoenix,
que anda listo, le pregunta “¿Con cuántos entes estás hablando ahora mismo?”. La
colega tenía 641 pestañas de chat abiertas. Aquí hay un buen punto, cuando el
Phoenix, enfurecido, se pone binario (“¡O me amas o no me amas!”) y la otra se
pone expansiva, desparramando amor. Por lo demás, aguanta bien este actor la
risa en esta disparatada secuencia, que es una tomadura de pelo, justo en este
punto, es ese típico punto en que Spike Jonze debió de replantearse, “¿y si
mejor hago una comedia y por lo menos parece que no me tomo tan en serio todas
estas pijaditas mileniaristas sentimentaloides?”. Pero ahí estaba él, colocado
de heroína rosa.
641..... |
Y termino con el tercer y último detalle, joder, el puto
clímax de la ñoñería de un idealista idiotizado: resulta que al final de la
peli todos los Sistemas Operativos se piran, todos esos humanos enamorados de
sus amigos imaginarios quedan abandonados y solos; ¿y qué hace el
Phoenix? Pues acude a un personaje mamporrero de la historia, un secundario de filfa,
una vecina amiga suya que también se lo montaba con su sistema operativo, llama
a su puerta, se reconocen como semejantes en el abandono, y suben a la azotea
del rascacielos, con este símbolo te supura la idiotez crédula, Spike Jonze: ¡a
la azotea del rascacielos, los pobres humanos que no pueden llegar más alto, en
medio de la vertiginosa ciudad, la imponente ciudad de ciclópeos rascacielos, abandonados
por una multiconciencia que ha trascendido y conforma una nueva sociedad en un
cosmos amoroso!
Lo más alto que un hombre puede llegar |
Y qué más, tío.
Si fuera una parodia, sería risión. Tal como es, puede que a
quienes les gustara Gravity la
disfruten.
Ya. No queda rastro de espuma en la barba. Quien quiera perder el tiempo discutiendo, o pasarme la
mano por el lomo, adelante.